Sigamos el librito. Sigamos el manual.

Sigamos el librito. Sigamos el manual.

Seguir el librito a la larga nos va salvar de muchos problemas y reclamos. Cuando, por ejemplo, un investigador empieza a armar un laboratorio desde cero en una Universidad, implica que recibió diferentes tipos de entrenamientos. Básicamente, se lo instruyó sobre qué se debería hacer ante diferentes situaciones. Por ejemplo, bioseguridad, contaminaciones, accidentes, etc. Al final de cada sección, se debía firmar un formulario que decía que el entrenamiento había sido útil, completo y que se había entendido todo lo explicado. Quizás esto suene extraño o sin sentido...

......pero resulta que un día en el laboratorio de este investigador se rompió una conexión de una tubería de gas (dióxido de carbono). Veamos qué sucedió... Al romperse la conexión, se llamo a mantenimiento (facilities) ya que son los encargados de realizar las conexiones, fueron dos personas. Inmediatamente preguntaron quién y cuándo había sido hecha la conexión. Luego ubicaron al que había hecho el trabajo de conexión y fue él quien pago los platos rotos. Lo mismo sucede con esos entrenamientos…se podría decir lo que decía la canción de Los Fabulosos Cadillacs “yo te avise”. Este “yo te avise” sirve para delegar a uno la responsabilidad y hacernos culpables en caso de que haya un problema. Recordemos que acá los juicios son una industria y nadie quiere pagar nada. El dinero es lo que mueve y frena todo en los EEUU.